Lo pasabamos todos bien, con ejercicios cubistas, lo pasé bien, infantilizandome y versionando el mundo con la alegría que yo lo veo,... fuí feliz al descubrir que podía expresarlo con los colores, me fundí en el aceite de mis tubos y ya nunca más fuí alguien gris.
Algo así como en Momo, abrir los ojos al color, dejar de pensar en "el tiempo perdido".
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